Mundo ficciónIniciar sesiónEl doctor Luigi asintió, visiblemente impresionado por mi resolución. Dante, que había permanecido en silencio, finalmente habló:
—Diletta, ¿estás segura de esto? Es peligroso y no sabemos exactamente a qué nos enfrentamos. Me volví hacia él, notando la preocupación en sus ojos. Por un momento, recordé cómo me había dejado aquella noche, pero también cómo me había protegido desde entonces. —Estoy segura, Dante. Esta es mi familia ahora, y haré lo que sea necesario para protegerla. El doctor Luigi, con un suspiro cargado de preocupación, pasó entonces a explicarnos que lo que fuera a hacer su abuela Rubicelda debía esperar, pues ella estaba muy débil. La prioridad era la salud de la anciana, y sólo después se abordaría el supuesto hechizo de su madre. Aunque era cierto que había permanecido cautiva durante años, Luigi no podía evitar cuestionarse si acaso no habría sido ella misma quien se ofreciera para aquellos experimentos que tanto nos habían sorprendido.






