Mundo ficciónIniciar sesiónLUIGI:
Mi hermano, saliendo de su trance, se acercó a la cama de Celia y tomó su mano con ternura.
—Sí, estoy lista —respondió ella, mirando a Alonso con adoración—. Gracias por todo, Luigi. No sé qué habríamos hecho sin ti. Mientras observaba la escena, no pude evitar pensar en los desafíos que aún nos esperaban. Las risas y la camaradería eran un recordatorio de lo que estábamos luchando por proteger, aunque en nuestro mundo, la felicidad siempre tenía un precio. —Cuídense mucho —les dije, consciente de que las amenazas, tanto sobrenaturales como terrenales, aún acechaban en las sombras—. Y recuerden, cualquier cosa extraña, por mínima que sea, me avisan de inmediato. Alonso asintió, entendiendo el peso de mis palabras. La alegría estaba teñida con la cautela que nuestra vida exigía. Los vi alejarse felices rumbo al elevador para subir al techo donde mi helicóptero los llevaría a la casa de Alonso. Mi hermano me había dicho que iría a ver a F






