Mundo ficciónIniciar sesiónMiré a mi padre, viendo en sus ojos el reflejo de mi propia emoción. Los Garibaldi, junto con los Rossi, los D'Alessi y nuestros fieles amigos, estábamos a punto de escribir un nuevo capítulo en nuestras vidas. Un capítulo de libertad, de nuevos comienzos y de la posibilidad de forjar un destino lejos de las sombras que por tanto tiempo nos habían perseguido.
La idea de una isla, nuestro propio paraíso, donde pudiéramos reinventarnos y vivir en paz, ya no parecía un sueño inalcanzable. Era un futuro tangible, uno que estábamos dispuestos a construir juntos, con nuestras propias manos y corazones unidos. —¿Qué haces aquí, Colombo? —preguntó mi padre, su voz cortando el aire como una navaja, trayéndonos de vuelta a la cruda realidad. Los sueños de islas y futuros brillantes tendrían que esperar. —Ya me voy a mi casa, si es a eso a lo que viniste. —No, Fabrizio, no es eso —respondió Colombo, su rostro ensombreciéndose. Hizo una pausa, como si la






