Mundo ficciónIniciar sesiónDANTE:
Gema se inclinó hacia adelante, sus ojos brillando en la penumbra, su boca desdentada sangrando. Su abdomen estaba completamente abierto, permitiéndome ver cómo funcionaba su interior y los ojos deslumbrantes de Giovanni al contemplar su gran obra. Aun así, Gema se resistía.
—Puedes sentirlo, ¿verdad, Diletta? Ese poder latente en tu interior, esperando ser desatado. ¿Por qué crees que te afectó tanto ver nuestra sangre? Tu sangre dorada reconoce su verdadera naturaleza. —¡Basta! —grité, interponiéndome entre Gema y Diletta—. No la escuches, amor. Está intentando manipularte. —¡Escucha el llamado de nuestra sangre, sobrina! —dijo la moribunda Carmela—. Nadie puede resistir ese llamado, yo no pude por mucho que lo intenté. Celia tampoco puede, y su hija en el vientre tampoco lo hará. Acéptalo y serás liberada. Por su parte Gema no se detuvo. Con un movimiento fluido que desafiaba su estado físico, se incorporó a medias, haciendo que su in






