Mundo ficciónIniciar sesiónDe repente, la puerta se abre de golpe. Fabrizio aparece, pero no viene solo. Tras él, como una procesión macabra, los hombres traen en sus brazos al hijo de Gema, y su nieto con su esposa e hijos, todos en un estado de sopor inducido. Sus cuerpos se mueven mecánicamente, sus ojos vidriosos y ausentes. Detrás de ellos, Alonso, con una bolsa que entrega al abuelo.
—Aquí tienes, abuelo —dice Alonso, mirando con rabia a Gema—. Arráncale todo el poder que ella cree tener. El abuelo no habla. Sus ojos fríos como el hielo. Ante la mirada aterrada de Gema, toma la daga de obsidiana que las Janare creen sagrada y capaz de extraer su poder. Gema, por primera vez, muestra verdadero terror. Sus ojos se abren de par en par, el miedo reemplazando la arrogancia que había mostrado hasta ahora. —¡No, no, no lo hagas Fabrizio Garibaldi! —grita desesperada—. ¡No te atrevas o tu generación estará maldita por siempre! Los maldi… Su maldición es cortada p






