Mundo ficciónIniciar sesiónALONSO:
El helicóptero prosiguió su ascenso, alejándonos cada vez más del peligro inminente. Filipo, con manos temblorosas pero firmes, comenzó a marcar el número de Coral en el transmisor. Mientras tanto, mi mente estaba inundada de pensamientos sobre Iselda. ¿Estaría a salvo? ¿Seguiría con vida? Las preguntas me atormentaban, pero sabía que debía mantener la serenidad.
—Coral, aquí Filipo. Estamos en el aire y hemos avistado a Rocco con los hombres del general. ¿Dónde están ustedes? —preguntó, apenas perceptible a través de la estática del transmisor.La respuesta se hizo esperar. Cada segundo que pasaba parecía una eternidad, y el silencio solo era interrumpido por el zumbido constante de las hélices. Finalmente, la voz de Coral se escuchó a través del transmisor, seria y decidida, cortando la






