No dijo nada; siguió mirando lo que había encontrado. Finalmente, con extrema cautela, Vittorio indicó una daga de obsidiana negra con un mango de plata. Su hoja brillaba con un filo aterrador.
—"La Daga de Obsidiana". Este es quizás el objeto más crucial para la ceremonia del “Sabba de la Sangre Dorada" —hablaba con una reverencia que me desesperaba.—¿Y? ¿Para qué sirve? Es una daga —mencioné, viendo que nada resolvía el problema para el que habíamos venido.—Pues, señor Alonso, usted debería sentirse feliz de haber encontrado este artefacto —dijo con una gran sonrisa.—¿Por qué lo dice? —me interesé de inmediato.—Es el único instrumento capaz de extraer la sangre dorada sin contaminarla. Su filo es tan perfecto que corta sin causar sufrimiento. Sin ella, nadie podrá corta