ALONSO:
Luigi negó con la cabeza, pero empezó a interrogarme sobre mi salud, el tratamiento que había seguido y un sinfín de aspectos médicos que me resultaban incomprensibles. Después de un silencio que pareció eterno, me miró directamente a los ojos y me lanzó una pregunta inesperada.
—Alonso, ¿estás completamente seguro de que Celia solo ha estado contigo? —preguntó de pronto mirándome fijamente.—¿A qué viene esa pregunta, Luigi? ¿Qué te pasa? Nunca te andas por las ramas de esta manera. Dime de una vez qué sucede, estoy preparado para enfrentarlo —le exigí, casi gritando, consumido por la desesperación. Fui consciente de cómo mi mente comenzaba a recorrer un camino oscuro, uno lleno de dudas, intrigas y peligros que no había previsto. Aún así, la pos