De inmediato le comencé a explicar lo que me había dicho Diletta, y que necesitaba entrar en esa empresa y familia. Le había pedido a mi hermana que se hiciera pasar por Celia, pero que Diletta, aunque había estudiado administración de empresas, lo único que había hecho era llevar mis cuentas en el restaurante y la organización, nada más.

—Vi que tú vas a embargarlos —dije para que supiera que estaba al tanto—, no lo hagas, necesito dejar a Diletta infiltrada, pero al mismo tiempo necesito a Celia para que la ayude. Deja todo y vayamos a Roma, no me confío de los Balarte.

—¿A Roma hoy? —dijo algo dudoso.

—Voy directo a encontrarme con los Garibaldi, ellos son mis aliados aunque nunca los he utilizado. Treviño, necesito saber la verdad, y esa es la única forma. Mis dos hermanas tienen que ayudarme, ellas son las únicas que p