Capítulo 91. La historia la cuento yo.
Amy Espinoza
El murmullo que siguió a mis últimas palabras “Lo haré yo misma”, se extendió por el salón como un oleaje de sorpresa. Pude sentirlo: un cosquilleo eléctrico que iba de mesa en mesa, un coro de respiraciones contenidas que olía a orquídeas y vino tinto.
Las lámparas de cristal devolvían destellos dorados, pero a mí me parecía que la luz caía sobre mí con un filo nuevo, como si todo aquel lujo estuviera esperando a que yo diera el primer paso… o me derrumbara.
Respiré hondo. El nudo que había sentido en la garganta desde el jardín se aflojó apenas. Era ahora o nunca.
El cuarteto de cuerdas, que un minuto antes había interrumpido su música, se apartó en silencio. Vi cómo uno de los técnicos cruzaba el salón con una guitarra acústica y un micrófono de pie. El simple sonido de las cuerdas vibrando cuando probó el cable hizo que varias cabezas se giraran.
La expectación era casi visible, un círculo de ojos fijos en mí, algunos con una sonrisa escéptica, otros con la curiosid