Luego de que Ethan quedara totalmente inconsciente en la silla, Alison bajó sus pantalones, tomó su falo y comenzó a jugar con él. En cuanto lo vio despertar, se posó sobre él para tomarlo. Mordió sus labios hasta hacerlos sangrar, dejó chupetones en su cuello, y cuando sintió que su flor fue bañada, llamó a uno de los hombres de Angus. Todo iba acorde al plan.
—¿Preparada? —preguntó Fermín.
Alison asintió. Por un momento quiso detenerse, pero los ecos de la venganza y la ambición tuvieron más fuerza.
—No es momento de pensar —presionó Fermín—. Tú misma elegiste tu camino, nadie más que tú eres responsable.
—¡Hazlo! —exclamó Alison; respiró profundo y cerró los ojos—. Estoy lista.
Fermín le propinó un fuerte puñetazo, partiéndole el labio inferior y arrancándole algunos cabellos; luego la golpeó en el abdomen repetidas veces, haciéndola sangrar lo suficiente. Por último, fue por un cuchillo. Se lo entregó a Alison, quien apuñaló a Ethan.
Él se despertó, un poco confundido, mientras la