Cuando por fin terminó la sesión, Margaret sintió que podía descansar. Pero no fue así, mientras terminaba sus informes. Ethan irrumpió en su oficina.—Veo que usted es muy comprometida con su trabajo. Qué bueno saberlo, he sabido por algunos chicos, que en el pasado fueron abandonados por aquellos en quienes creyeron.—Es una lástima, que existan personas así. Pero yo soy diferente, bien dice mi padre, que conmigo rompieron el molde. ¿Qué haces aquí, puedo ayudarte en algo?—Estoy aquí, porque quiero saber, ¿si puedo mostrarle algo? —preguntó, su voz más baja de lo habitual.Margaret asintió, intrigada. Ethan abrió el cuaderno, revelando un boceto a lápiz: un girasol, detallado y vivo, con un fondo de sombras que parecían susurrar una historia oculta.—¿Lo dibujaste tú? —preguntó, sorprendida por la profundidad del trazo.—Es solo… lo hice anoche porque no podía dormir —admitió él, rascándose la nuca, nervioso—. Quería que lo viera. No sé por qué, pero pensé que le gustaría.Margaret
Leer más