—¡¿Dónde estoy?!
Cuando recobró el sentido, Ethan despertó esposado a una camilla de hospital. Por más que trataba de encontrar una respuesta, no lograba recordar las acciones que lo llevaron allí.
—Ethan, por favor, cálmate. No debes esforzarte, te lastimarás.
Margaret trató de brindarle paz, pero fue inútil.
—¡¿Por qué estoy esposado?! ¿Dónde está Alison? Ella…
—¡Ella es quien te tiene aquí! —respondió Margaret, llena de furia.
—No entiendo —Ethan seguía desconcertado.
—Yo tampoco sé qué está pasando. Alan fue informado por uno de los muchachos. En cuanto supe que estabas herido, vine. Amor… —ella respiró hondo—. Alison te está acusando de intento de homicidio.
—¡Soy inocente! ¡Por Dios, ella miente! Cariño, tienes que creerme. ¡No la toqué! Jamás haría algo así.
—Lo sé —Margaret tomó sus manos—. ¿Por qué fuiste a su apartamento?
—¡Por idiota! Cuando llegué, vi que quería suicidarse. Pensé en Willy y la detuve. Lo último que recuerdo es que ella me apuñaló. Margaret, te doy mi palab