Alice se sometió a varios chequeos médicos y luego, siguiendo las recomendaciones de la doctora, aceptó que ella llevara el control de su embarazo. Después de todo esto, se dirigió a la empresa Élite. Ya no es solo Alice; ahora son ella y dos bebés que necesitan un cuidado especial. Desde que supo de su embarazo, desde que los vio en aquella pequeña pantalla, su mundo y su mentalidad cambiaron, y su único objetivo es cuidarse y cuidarlos a ellos.
Al llegar, ingresa a la que era la oficina de su padre, y un sentimiento melancólico se apoderó de ella al ver su gran retrato colgado en la pared. Coloca su bolso sobre el escritorio y luego suelta un largo suspiro. —Sin dudarlo, padre, hubieras sido tan feliz al saber que serías abuelo. Recuerdo cuando decías que el día que yo tuviera mis hijos los ibas a amar como si fueran tuyos porque yo soy la luz de tus ojos. En ese momento solo sonreí porque en mi mentalidad no estaba tener un hogar, una familia, pero ahora que dos vidas están en mi vi