Mundo ficciónIniciar sesiónAtrapada en el abismo de la ruina familiar, la hermosa joven Alice Cooper se entrega en un matrimonio por conveniencia con el enigmático CEO del poderoso Damian Anderson, a pesar de su corazón anhelante, se ve obligada a soportar la indiferencia de su esposo y el sutil coqueteo con su secretaria, mientras el eco de la traición de su primo resuena en las sombras. En un acto desesperado, forja un pacto con el frío CEO: ser una "esposa amorosa" ante el mundo, mientras él mantiene su vida privada oculta. Sin embargo, en el torbellino de esta unión forzada, un juego de poder se desvela, Alice, con cada desplante y humillación, se pregunta quién, en realidad, controla los hilos de este destino entrelazado. —¡Ya no quiero que seas mi esposo, tu forma de ser hiere! —le gritó fuertemente. Él la tomó del rostro, obligándola a mirarlo, y sin perder el tiempo, estampó sus labios con los de ella, besándola con dureza. —Soy tu dueño, Alice, le has vendido tu alma al diablo —esas palabras la hicieron temblar.
Leer más“Quiebra” palabra que quedó plasmada en la mente de Alice Cooper, quien busca a su madre para tener una charla tranquila, tras ser un domingo, día de descanso laboral. Su corazón está acelerado intentando procesar lo que sin querer se detuvo a escuchar. Una reunión en la cual no fue invitada, dónde están sus padres y socios reunidos en el despacho.
La puerta está entreabierta y cada vez más sorprendida, aterrada al saber que el patrimonio de su familia está en riego. —¡Es imposible!— espetó su padre con gran furor golpeando su escritorio mientras todos le observaban. —¡La propuesta de Alpha group Anderson es inaceptable!— vociferó —¡Quieren que controlemos el 51% de las acciones y sumando a que debemos entregar las cuotas de la materia prima ¡Es una locura!
—cariño, no puedes alterarte— interviene su esposa, su voz calmada hace que él suelta un largo suspiro de cansancio
—Si no entra capital para el próximo trimestre, es más que seguro que todo se perderá— Omar, socio del señor Cooper, es quien alza su voz porque también le preocupa sus acciones. —lo único que nos puede salvar es un matrimonio acordado entre familias para no perder
Para Alice es humillante lo que está sucediendo. Por años ha sido una mujer sumamente inteligente para llevar las riendas del patrimonio familiar. Se ha destacado por su valentía, que por ser mujer ha sido criticada por estar frente a la empresa Cooper Elite
No lo soporto y abre la puerta decidida a buscar la solución. —¡Han hecho una reunión y no me han llamado!— Alice es la única heredera en la familia Cooper, la niña de los ojos de su padre y madre. No querían que ella supiera lo que está pasando realmente con la empresa
—¡Alice no es momento, por favor vete!
Todos observan en silencio, pero ella no se retira, ingresa y cierra la puerta. Sus manos sudan y su corazón está acelerado. —¿Por qué me lo ibas a ocultar padre? Tengo derecho a saber lo que está pasando, pero he escuchado lo suficiente, no hay nada que pensar, me quiero casar con él señor Damián Anderson
—¿¡Qué…!?— su madre está sorprendida de la decisión de su hija
—¿Acaso has perdido la cabeza, Alice?
Un silencio sepulcral invade el despacho, ninguno de los presentes ni siquiera el señor y la señora Cooper, esperaba que una chica tan joven y dócil, hiciera esa propuesta por voluntad propia
—padre estoy dispuesta a casarme con él señor Anderson, debes aceptarlo. No me siento obligada, pero tampoco tolero quedarme de brazos cruzados y saber que esa es la única opción porque no tenemos más
—¡Me rehúso a qué te cases con un hombre como él! Todos ahora mismo abandonen el despacho— ordena y los accionistas comprenden que es un tema familiar que deben debatir
—Alice, cariño. Buscaremos la manera de no perderlo todo… tú me has dicho que no eres mujer de consagrar matrimonio y sabemos que Damián Anderson tiene mala fama por mujeriego, es que no quiero que sufras
—Sé perfectamente lo que estoy haciendo madre y debes apoyarme. Si me caso con él, sería arreglar este asunto de una buena vez. Llevamos tiempo en una batalla con el Alpha group Anderson. Ustedes son importantes para mí
—¡Eres mi única hija y no te quiero en brazos de ese hombre!— su padre toma asiento porque siente que le está faltando el aire
—Estoy tomando la iniciativa porque es el camino para conservar el control de la situación. Es preferible hacerlo que perderlo todo. Luego no tendremos cómo levantarnos
—¡Te he dicho que no y es mi última palabra!— la reprende su padre, quien se coloca de pie y se marcha lleno de ira, dejando a su esposa e hija a solas
—hija por Dios ¿En qué estás pensando? Me siento confundida con tu propuesta y a la vez conmovida porque prácticamente te estás sacrificando por esta familia
—aunque mi padre no esté de acuerdo ya tomé la decisión
Su madre no pudo contener sus lágrimas, y abrazó a su hija con fuerza. Solloza porque siempre añoraba que su única hija llegará al altar por amor y no por conveniencia.
—iré a ver a tu padre, sabes que no está bien de salud y toda esta situación lo enferma aún más— le propina un beso en la frente y sale del despacho.
Alice camina de un lado al otro. Desearía que todo fuera una gran pesadilla y no haber tenido que tomar esta iniciativa, pero ya está. No hay retroceso y algo que jamás pensaba que haría, debe hacerlo, llamar a Damián Anderson para llegar a un acuerdo
Saca su móvil y le marca el número del hombre más despreciable, calculador y cotizado de todo los Ángeles. Pero también a su vez él es culpable de que su familia esté en aprietos.
—Buenas tardes, ¿Con quién tengo el gusto de hablar?— pregunta con un tono de voz empresarial, elegante y sostifocado. Claramente sabe quién lo está llamando, pues tiene el número guardado de las chicas solteras de las Ángeles
—señor Anderson, deseo hablar con usted personalmente por favor, soy… Alice Cooper
—¡Vaya….! La señorita Cooper ¿En qué le puedo ayudar?
—necesito que nos veamos, hoy si es posible
—para agendar cita conmigo, debe hablar primeramente con mi secretaria
—¡Dejemos el protocolo aún lado! Su cooperación está hundiendo a la mía
—¿Vas a suplicar que retiremos lo dicho? Porque no tengo la culpa del mal manejo que estás llevando
—¡Estás muy equivocado!— bufó
—Tu tono de voz no lo tolero, no estás en posición de voz de mando. Que tengas una feliz tarde
—¡Espere!— la escucha retomar aire —por… favor— le cuesta decirlo porque sabe lo presumido que es él —le tengo una propuesta que va a beneficiar a ambas partes
Luego de quedar en acuerdo de un encuentro, Alice se acercó a la foto amarillenta, la cual atesora como un recuerdo que se caló en su corazón, dónde está rodeada de jóvenes de su edad y nada más y nada menos que Damian Anderson. Agarra la fotografía dando una leve caricia porque ese momento lo atesora en su corazón y aun así reprime lo que siente, lo que ha sentido a través de todos estos años.—Dylan solo quiere ganar tiempo, Damián, es un vividor. Desde que traicionó a mi padre, cualquier cosa se puede esperar de él. Te juro que deseo que en un cerrar y abrir de ojos todo esto acabe. Te lo juro —Alice lleva sus manos a su rostro llena de frustración.—Veré qué quiere Dylan, tú permanece tranquila.Damián recibe una llamada telefónica. —Contesta, quizás es importante —le dice Alice al verlo dudar. Él asiente y contesta.—¿Me buscas? —Aquella voz regresó nuevamente y Damián se coloca de pie ante la mirada de una Alice llena de intriga.—¡Dame la cara, maldito hijo de puta!—Se nota lo desesperado que estás, y mientras pierdes el tiempo culpando a inocentes, yo sigo libre dándome la vida que me merezco. No eres nadie, Anderson, no vales nada, eres insignificante —se escucha una fuerte risa.—¡Te voy a encontrar y te voy a acabar\! —alcanzó a decir Damián antes de que le colgaran la llamada.—¿Qué pasó?—Otra vez ese hijo de puta, lo peor es que usa voz falsa, es difícil recon
Ella se mueve lentamente sobre él, sintiendo la conexión profunda entre sus cuerpos. Damian gime en respuesta con sus manos firmes en su trasero, guiándola. El agua tibia y el aroma a rosas crean una atmósfera íntima, un refugio de los problemas que los acechan. Alice lo mira a los ojos, una sonrisa traviesa se dibuja en sus labios.—¿Ves? No soy tan frágil como crees —le susurra, y Damian no puede evitar sonreír también.—Eres muy juguetona —Damian la agarra del cuello—, pero no he dicho que seas frágil, solo quiero cuidarte.—Me cuidas si me das amor —ella lo mira literalmente como si se lo fuera a comer con la mirada—, si me tocas, si me haces tuya cuantas veces sea posible, así me cuidas.—Para eso hago todo lo que hago —la voz de Damian es ronca, Alice se mueve muy bien y eso lo tiene satisfecho—, para poder dedicarme a ti —la suelta del cuello y la toma de las mejillas para atraerla—. Esto que siento por ti es nuevo para mí y me agrada —comenta cerca de sus labios—. Tú me vuelve
Al caer la noche, Alice está en la cocina, observando a la sirvienta que le está sirviendo la cena. Se siente tan cansada, un agotamiento físico y mental. Afortunadamente, su madre está fuera de peligro, mientras que Carla se ofreció a cuidarla para que ella fuera a descansar.—Aquí tiene, señora Anderson, ¿se le ofrece algo más?La puerta de la cocina se abre y cuando Alice voltea a mirar, se percata de que es Damian. Su mirada refleja enojo, pero también impotencia.—Señor Anderson —la sirvienta hace una mini reverencia.—Retírate —ordena, y esta sale rápidamente, dejándolos a solas.—Damian… —Alice lo mira de pies a cabeza—. Intenté comunicarme contigo el resto del día, pero no respondiste mis llamadas.—Estuve en la cárcel, no podía. ¿Cómo te sientes? ¿Qué te han dicho de tu madre?—Está mejor… Yo le dije que viniera a vivir con nosotros mientras esta tormenta se calma.—Hiciste bien —responde con seriedad.—Iba a cenar, cenemos juntos y así hablamos un poco —propone Cooper, pero
—¿Sabes por qué estás aquí, cierto? —pregunta el oficial.—Porque me están culpando de un crimen que no cometí. Damián Anderson quiere alejarme de su mujer a toda costa, lo único que pasa aquí es que sus celos lo dominan y lo hacen alucinar. Yo no le hice nada, pero absolutamente nada, a la señora Cooper.—¿Qué hacías en su casa? —el oficial procede a hacer las preguntas, mientras que Damián está con la sangre hirviendo.—La fui a visitar porque Alice me tiene preocupado. Hace todo lo que Anderson le pida y ella no contesta mis llamadas. Siempre la he amado, pero respeto el hecho de que esté con Anderson, aunque no pierdo las esperanzas. La conozco desde que somos adolescentes, siempre la he admirado y me sentí muy vulnerable. Fui a hablar con su madre, sabía que ella no estaba bien porque al perder a su esposo recientemente le afectaría. Solo fui a visitarla, a charlar con ella sobre las cosas que estaban pasando.—Si sabes que la señora Anderson ya tiene esposo, se nota que no lo qu
Alice mira detenidamente a su madre, procesando el hecho de que Thomas fue a casa de su madre. —Disculpe —la enfermera ingresa—, traigo el medicamento de la señora Cooper. Se acerca y Alice toma distancia, observando en silencio.Cuando la enfermera se marcha, Alice vuelve a acercarse a su madre, la mira con cariño. —Ahora sí puedes decirme, mamá, ¿qué hacía Thomas en casa?—Bueno… no te voy a negar que me sorprendió verlo, y más porque la última vez fui algo dura con él.—¿La última vez?—Sí… es que, sé que Thomas está enamorado de ti, Alice, y lo vi dándole guerra a Damián. Y aunque Damián no es perfecto, hija, sé que es el hombre para ti —retoma aire—. Por eso dejé todo en manos de Damián porque confío en él, no es porque no confíe en tus capacidades. Tú eres y siempre serás la princesa de tu padre. Eres inteligente como él, pero no podía ponerte en riesgo, cariño, y más cuando estoy tan vulnerable para protegerte. Pero Damián… sé que él lo hará, sé que él te cuidará, y más ahora,
—¿Acaso están ciegos? —Thomas se sulfuró de una manera que todo su rostro se tornó rojo—. ¡No pueden hacer eso, desde que llegué a esta empresa solo he intentado ayudarlos\!—¿Vas a llorar? —pregunta Damián, su sonrisa de satisfacción lo dijo todo.—¡Maldito infeliz! —Thomas se le fue a Damián, pero todo fue tan rápido que el Grupo Élite lo detuvo y eso demuestra aún más el apoyo que le tienen a Damián—. ¿Qué les pasa?—Déjenlo, dejen que venga a mí —la idea de Damián es provocarlo más. Las descripciones de las sirvientas concuerdan en que es Thomas quien fue a la casa de la señora Cooper—. Grupo Élite, agradezco su voto de confianza, ahora les pido que se retiren, estoy seguro de que el señor Thomas no se atreverá a ponerme una mano encima.Dylan quería huir, pero la voz de Damián lo detuvo. —¡Tú también te quedas, Dylan Cooper! —ordena y Dylan lo mira, se siente acorralado.El Grupo Élite sale de la sala de juntas, algo preocupados por la situación, pero también contentos porque las
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