El sello se completó con explosión de luz cegadora. Cuando se disipó, Kaos había desaparecido, sellado nuevamente en su prisión. Pero Dante colapsó, su cuerpo sin vida cayendo al suelo de piedra.
—¡DANTE!— Luna corrió hacia él, sus manos ya brillando con desesperación. Buscó señales vitales.
—Está vivo— Luna sollozó de alivio. —Apenas, pero está vivo.
—¿Qué hizo exactamente? —Aria preguntó, arrodillándose junto a él, tocando su rostro pálido.
—Fragmentó parte de su alma— Zara dijo, horror en su voz normalmente calmada. —La usó como ancla para el nuevo sello. Es lo mismo que hizo su ancestro hace mil años. Pero el costo...
—¿Qué costo? —Luna exigió, miedo evidente.
—No lo sé con certeza —Zara admitió. —El ancestro murió después del ritual. Pero Dante es más joven, más fuerte y solo selló a uno en lugar de cuatro. Debería sobrevivir. Pero qué quedará de él cuando despierte... no puedo predecirlo.
Transportaron a Dante de vuelta al campamento base con extrema urgencia. Luna trabajó frené