Con la información de Samuel confirmada, Dante sabía que debía actuar rápido antes de que Víctor intentara el ritual. Convocó a todas sus fuerzas aliadas para una reunión de emergencia. El aire en la gran tienda de campaña estaba cargado de tensión y anticipación.
—En tres días —Dante comenzó, su voz clara y firme, —lanzaremos dos ataques simultáneos. Un equipo rescatará a mi madre de Montaña Negra. El otro salvará a Erik el Hierro de la ejecución pública en Luna Plateada. Y después de eso, marcharemos hacia una guerra total contra Víctor.
Los murmullos llenaron la tienda. Elena se levantó. —¿Guerra total? ¿Estás seguro de que estamos listos?
—Nunca estaremos completamente listos— Dante respondió honestamente. —Pero tampoco podemos esperar. Cada día que pasa, Víctor se fortalece, mi madre sufre y más lobos leales mueren. Es ahora o nunca.
—Entonces es ahora— Tomás declaró, golpeando su bastón contra el suelo. —Luna Plateada ha estado bajo tiranía demasiado tiempo. Es hora de resta