lobo blanco lll.
Al día siguiente condené a mi pareja.
Después del acto más cruel inimaginable con ella, maté a mi mejor amigo ante la manada y la humillé antes de que perdiera el conocimiento.
No sentí nada en ese momento.
La manada se mantenía en un silencio impactado. Nadie se atrevía a emitir un sonido.
-¡Curandero! - El lobo se acercó después de mostrar su cuello. - Haz algo para que no muera desangrada la Luna traidora. No se librará tan fácilmente de su castigo.
Él se apresuró hacia Mery mientras yo escaneaba a la multitud. Me detuve en la loba con mejor reputación del lugar.
Necesitaba a alguien de confianza en el puesto y que no odiara hacerlo oficial con una unión de cuerpos.
-Rebeka.- Gruñí y ella se encogió con miedo. - Ven aquí.
Ella me había dado algunas miradas tímidas de reojo en los últimos años, así que la atracción ya estaba allí.
Ella obedeció rápidamente. Cuando llegó hasta mí, la tomé de la muñeca y la puse a mi lado.
-¿Eres de las que esperan a su compañero?