Lobo Blanco.
—El Velo. Siempre me cuesta encontrar las palabras correctas para describirlo.
Le había pedido a Liam que trajera a Alina para iniciar con sus lecciones a este lugar apartado. Apenas estaba amaneciendo. Esperaba que ella pudiera aprender el primer paso en poco tiempo.
—Uh... no creo que esta lección deba de ser así— murmuró Alina mirando en mi dirección. — ¿No preferirías que... te baje?
—Estoy bien. Entonces, el Velo no es aire, no es sombra, no es algo tangible… es un puente invisible que vibra justo debajo de la piel, latiendo como un corazón distinto al nuestro...
—De verdad que no me siento cómoda.
Suspiré.
—Alina, yo soy quien cuelga de este árbol, ¿Por qué serías tú la que está incómoda?
—Porque te respeto lo suficiente como para no querer tomar mi primera lección sobre el Velo contigo en ese estado— dijo ella elevando sus brazos con frustración — Al menos déjame ponerte boca abajo. Mamá se olvidó de ti hace dos días, no creo que le importe.
Yo me reí divertido.
—Tu madre jam