Capítulo 109.
Más tarde, papá regresó y convocó una reunión de emergencia. No con el territorio del Alfa Said, sino con nuestra propia manada.
Después de curar a los heridos y de que papá hablara brevemente con el Alfa Said, me pidió que abriera un portal de regreso a casa, y lo hice. Cruzamos juntos, y en minutos estábamos otra vez en la cima de aquella montaña helada que él insistía en usar como territorio principal. El aire era cortante, y la nieve crujía bajo nuestras botas mientras todos tomaban sus lugares alrededor del fuego central.
Aulló solo una vez para avisar que la misión había sido un éxito y que necesitaba a todos los que no se encontraban haciendo nada importante.
Papá estaba de pie, con el rostro serio y los brazos cruzados. Su presencia llenaba el espacio, imponiendo silencio sin necesidad de pedirlo.
—Idiotas —dijo al fin, con un gruñido bajo—. Los humanos son idiotas. Están desorganizados y atacan solo porque ya empezaron la guerra y no saben cómo detenerla. Temen represali