Capítulo 56: Ya todos lo saben.
Subí las escaleras despacio. Sentía las piernas pesadas, pero no por cansancio, sino por la conversación que venía. Sabía que debía hablar con Lucian. Él era mi hermano mayor. Siempre había sido una mezcla rara entre fuerza y caos. Y, aun así, era el que más necesitaba escucharme ahora.
Necesitaba pensar en otras cosas, distraer sus pensameintos de ideas suicidas, como por ejemplor irse solo a asesinar a Daren.
Llegué a la puerta de la habitación de Lena. Toqué primero, suave. Esperé unos segundos. Luego giré el pomo.
Entré.
La habitación estaba casi a oscuras, con apenas una lámpara encendida en la mesita de noche. Lena seguía dormida. Su respiración era lenta y desigual. Tenía las manos sobre el abdomen y, a su lado, una taza de té.
Lucian estaba sentado en el suelo, justo al pie de la cama. Tenía los codos apoyados en las rodillas y la cabeza entre las manos. Parecía agotado.
Al escuchar la puerta, levantó la cabeza de inmediato. Sus ojos estaban rojos. No supe si era por falta de