Capítulo 37: Lucian, mi hermano.
Dos horas después, luego de una ducha y una pésima charla con Eiden al darse cuenta de unas pequeñas manchas de sangre en la sabana blanca, vestigios de mi virginidad entregada; él no se cría que fuese asi de entregada en mi priemra vez, sino que se culpaba por haber sido un salvaje.
Y tuve que demostrarle cuanto me gustaba que fuese asi de salvaje.
—Me encantas.—dijo cuando salimos de la ducha y me besó con fiereza mientras me peinaba.
—Y tu a mi. —y lo decia en serio, tan en serio que dolía.
Lo que siento por Eiden es algo indescriptible. Ese lazo invisible que nos une es mas fuerte que cualquier vestigio de sangre de Daren.
Odiaba sentirle dentro de mi cuerpo, de mis venas, asi que prefiero concentrarme en Eiden y su cariño, y su forma de amarme y de demostrarme que al menos ante sus ojos soy hermosa.
—Debo ver a mi hermano.
—Debe estar afuera. Debes tener cuidado, Alana. No es tu hermano.
—Es mi hermano, Eiden. Es mi hermano y siempre lo será.
—Las cosas que le hicieron e