Días más tarde.
Leonardo permaneció en el hospital acompañando a Elena y a sus hijos en todo momento, se había convertido en un padre y esposo protector, para él no había nada más importante que estar junto a ellos.
La pediatra ingresó a la habitación, la familia Giordano se había ganado el cariño del personal médico.
—Hola, hola —saludo a la pediatra con una enorme sonrisa en su rostro—. Ha sido un gusto tenerlos aquí, pero ha llegado la hora de enviarlos a casa, señora Elena recuerde que ante cualquier novedad con los pequeños debe acudir de urgencia lo más antes posible.
Leonardo se encargó del proceso de salida, Elena estaba emocionada, desde que sus hijos nacieron la preocupación y el dolor de su pasado había desaparecido.
Un sedán color oscuro esperaba por ellos frente a la entrada principal del hospital, Leonardo abrió la puerta permitiendo que su esposa subiera, Leonardo era un esposo amoroso y detallista.
Leonardo en sus brazos sostenía a la pequeña Anna, mientras que Elen