Leonardo lentamente abrió los ojos, lo primero que notó era que se encontraba atado a una silla, intentó liberarse, pero no lo consiguió. Su cabeza le dolía como si hubiese sido arrollado por un camión.
Luego de varios intentos por soltarse recordó que estaba acompañado de Elena, en ese momento guardó silencio buscando pistas sobre ella.
Lo único que pudo escuchar fue una gota de agua que caía constantemente sobre un charco, las venas de Leonardo se marcaban debido a la fuerza que ejercía sobre sus ataduras para liberarse, pero por más que lo intentaba no lo podía conseguir.
Unas cuantas horas más tarde en medio de su agotamiento logró escuchar el sonido de unos autos, Leonardo se puso alerta agudizando su oído, el sonido de varios zapatos que golpeaban contra el piso acercándose anunciaban el fin de su sufrimiento.
En menos de nada Leonardo estaba rodeado por tipos armados y con la peor cara, Leonardo marcó una leve sonrisa en su rostro, era fácil de deducir, se trataba de hombres