Génesis
La noche envolvía Zurich en un manto de frío cortante, las luces de la ciudad reflejándose en el lago como fragmentos de un sueño roto. Sophie, con el rostro cubierto por una bufanda oscura y el USB de Dalia en el bolsillo, avanzaba por una callejuela trasera en el distrito industrial de Altstetten. Había seguido una pista enviada por Dalia tras el análisis del microchip extraído de Liam: las coordenadas de un laboratorio subterráneo de VossGen, clausurado oficialmente en los años 90, pero que, según los datos, seguía activo como el corazón del Proyecto Génesis. Sophie había viajado sola, sin contarle a Logan, cuya inestabilidad mental —lapsos de memoria, temblores, pesadillas— la había convencido de que no podía arriesgarse a involucrarlo. Los trillizos estaban bajo la protección de Victor y Marcus en un lugar seguro fuera de los Cotswolds, pero la desaparición temporal de Alex y el microchip en Liam la impulsaban a buscar respuestas, sin importar el costo.
La entrada al labo