Aidan
Entro al vestíbulo del hotel, con la mente aún dando vueltas por las reuniones de la mañana. Pero antes de llegar al ascensor, Eliana me detiene, con una expresión seria. Siempre ha sido capaz de leerme, y puedo ver la preocupación en sus ojos.
—Aidan —comienza, bajando la voz para que los demás no escuchen—, tenemos que hablar. Es sobre Rachel.
Me quedo helado, tensándome instintivamente al oír su nombre.
—¿Qué pasa? —pregunto, ya temiendo lo que viene.
El rostro de Eliana se endurece y cruza los brazos.
—Está volviéndose imposible de manejar. Ha estado incomodando a los clientes con sus comentarios en voz alta sobre las "conexiones" de Brooklyn y sobre cómo los empleados están… bueno, ya sabes, involucrados con la gerencia. Se está saliendo de control.
Siento cómo se me tensa la mandíbula ante la noticia. Rachel siempre fue un problema, pero esto ya cruza la línea. Está arrastrando por el suelo la reputación del hotel y de Brooklyn, y no voy a permitirlo.
—Me encargaré de eso