Capítulo cuarenta y dos. A merced de la justicia.
El auto se detuvo frente a la entrada de la Penitenciaría, acrecentando el nudo en el estómago de Diane.
Tomó una respiración profunda y por unos breves instantes, contuvo el aire.
—¿Está segura de esto, amor? — preguntó Tyler a su lado, sin soltar su mano.
No le había gustado la decisión de su novia. Ni siquiera podía soportar la idea de Diane y ese psicópata de Ernesto compartiendo el mismo aire. Su ex podía volver a lastimarla sin que él pudiera hacer algo para impedirlo. Por supuesto que se opuso a la decisión de Diane de ir a ver a Ernesto Corzo. Tyler se valió de todos los motivos y recursos para evitar aquel encuentro, pero al final Diane se había impuesto y nadie pudo sacarle la idea de la cabeza.
—Sí — Diane se animó a sí misma —. Nunca he sido de las que huyen. No voy a comenzar a hacerlo ahora.
—Entonces, voy contigo...
—No — ella lo detuvo en seco —. Necesito hacer esto... sola. Ernesto, él... de alguna forma me ha abi