Narrador omnisciente
La cafetería seguía con su ritmo habitual, pero para Lisa, el mundo parecía un poco más borroso después de la conversación con Rafa. El sonido de la máquina de café, los platos chocando, el murmullo de los clientes… todo sonaba normal, y aun así, dentro de ella, nada lo era.
Una cita.
La palabra le repetía en la cabeza como un golpecito suave pero constante. No sabía si le daba miedo, alivio o una mezcla insoportable de ambas cosas.
Mientras acomodaba unas tazas, la puerta de la cafetería se abrió y una voz familiar anunció:
—¡Liiiiisaaaaa, estoy acá! ¿Dónde estás, mujer?
Stefani.
Su mejor amiga.
Su punto de apoyo desde que había llegado a esa ciudad. La única persona fuera de sus hijos que conocía algo más profundo que la versión superficial de su vida.
Lisa levantó la cabeza, cansada pero genuinamente feliz de verla.
—Estoy acá atrás, Stefa —respondió con una mueca que intentó ser una sonrisa.
Stefani se acercó a la barra con su energía de siempre, c