Renací. Desperté en el sofá, frente a la luz parpadeante de la televisión. Transmitían otro segmento de noticias financieras sobre mi esposo, Jasper Brolin. El Alfa de la manada Moonblood, un hombre que llevaba años en la cima de la lista de multimillonarios, hablaba con su habitual autoridad tranquila. De hombros anchos y facciones afiladas, proyectaba un aura de mando indiferente que lo hacía parecer inalcanzable. Cada vez que aparecía en público, provocaba un frenesí de admiración. Mi matrimonio con él era la envidia de toda la alta sociedad, y cada mujer deseaba estar en mi lugar. Mientras observaba la pantalla, los recuerdos de mi muerte trágica en mi vida pasada regresaron, provocando una presión silenciosa sobre mí. Mi loba gruñó en mi interior. “Volvimos. Pero… ¿Ahora qué?”. “Ahora a romper el vínculo”, susurré para mis adentros. “Voy a dejarlo”. “Nunca va a aceptar”. “Por eso necesito su ayuda”, respondí en mi mente, pensando en la mujer que siempre había detestado: Halle. Halle entró a la cafetería con una sonrisa victoriosa. Como había crecido junto a Jasper, todos la consideraban parte de su círculo más cercano y siempre la trataban con mucho respeto. Deslicé sobre la mesa el documento de disolución del vínculo de compañero. —Necesito tu ayuda, Halle. Y bueno… A ti también te conviene. Le echó un vistazo a los papeles, con una chispa de desconfianza en la mirada. —¿Lo vas a dejar? Mi voz sonó tranquila. —A lo mejor tú eres a quien él en serio quiere a su lado. En mi vida anterior, fui la señora Brolin perfecta, la envidia de todas, pero nunca la persona más cercana para él. Esta vez, me llevaría a mi cachorro y me marcharía en silencio.
Ler maisNi siquiera tuve tiempo de reaccionar antes de que me azotaran contra el suelo. Halle se abalanzó sobre mí como una fiera, pateándome y arañándome. El dolor me desgarró por dentro y me hice bolita, con los brazos rodeando mi vientre para protegerlo.—¡Qué te pasa!Jasper entró y la apartó de un empujón. Se quedó paralizada, atónita.—¿Qué haces aquí, Jasper?La voz de Jasper retumbó, cargada de furia.—¿Cómo te atreves a ponerle un dedo encima a Freya? Esta vez no te vas a salir con la tuya.Se arrodilló a mi lado y me tomó en sus brazos. Su respiración estaba agitada.—¿Estás bien? Te llevo al hospital.Los ojos de Halle se llenaron de lágrimas.—Deja de engañarte. Siempre me has amado, desde hace diez años. Ella solo es una distracción, un pasatiempo que tuviste mientras yo no estaba. Vuelve conmigo. Podemos empezar de nuevo. Sabes que solo me quieres a mí.La mirada de Jasper se volvió cortante.—Te lo voy a decir por última vez: nunca te he amado. Ni antes ni ahora. Y sé lo que qui
Jasper se fue, pero sus palabras, “Solo te amo a ti”, seguían resonando dentro de mí. Era un hombre de palabra, aunque no era de los que decían cursilerías. En más de cinco años, me había dicho “te amo” pocas veces.Acaricié mi vientre y le pregunté a mi cachorro.—Mi niño, ¿tú quieres perdonar a tu papá?Mi cachorro se revolvió dentro de mí, pero no pude descifrar su respuesta. Horas después, el asistente de Jasper me mandó un mensaje:“Toda la información negativa ha sido eliminada. No se preocupe, señora”.Junto al mensaje, venía un enlace. Lo abrí. En la pantalla apareció Halle, con los ojos llenos de lágrimas.—Para conseguir fama y beneficios, usé mi amistad con Jasper para crear un escándalo. Le he hecho un daño terrible tanto a él como a su esposa, y por eso, les ofrezco mi más sincera disculpa...La gente en internet se le fue encima. La criticaron por haber cruzado la línea con Jasper, la acusaron de querer mi lugar y de inventar rumores para arruinar mi imagen.Ahora que se
Para evitar que Jasper me rastreara, compré un auto con un nombre falso y conduje hasta que la sensación de libertad me tranquilizó. Hasta el paisaje de la carretera, que había visto un millón de veces, parecía nuevo y hermoso.Me abrí el cuello de la camisa frente al retrovisor y observé cómo la marca en mi clavícula parpadeaba una última vez antes de desaparecer. Seguro lo sintió.Recordar mi vida pasada hizo que las lágrimas corrieran por mis mejillas. Mi loba gruñó suavemente.—Ya somos libres. ¿Por qué sigues llorando?Sonreí entre lágrimas.—Son lágrimas de felicidad.Me quedé en un pueblito junto al mar. Sin televisión ni internet. Nada que pudiera darme la más mínima noticia sobre Jasper.Cada día, dejaba que la brisa del mar refrescara mi pelo, que el sol calentara mi piel y que los libros llenaran el silencio. La infelicidad que había cargado por años comenzó a desvanecerse poco a poco.El cachorro en mi vientre crecía más fuerte cada día, a veces daba vueltas y yo me acarici
Punto de vista de JASPEREl eco de la alegre voz de Freya se había desvanecido, sumiendo la casa en un silencio que me carcomía por dentro.Me quedé mirando el tocador, recordando cómo, apenas unos días atrás, ella estaba sentada ahí, poniéndose el collar nuevo que le había regalado.Sus ojos, todavía húmedos por las lágrimas de nuestra discusión, me preguntaban en silencio si se veía hermosa.Acabábamos de discutir por Halle otra vez, pero aun así aceptó el collar. Su preciosa sonrisa no tardó en volver, aunque se notaba un poco forzada.La amaba profundamente y le había dado una vida de lujos sin fin. Nos llevábamos de maravilla en todo, excepto en un tema: Halle.Freya siempre sintió que yo era demasiado cercano a Halle, pero ella era mi amiga de la infancia. No veía nada de malo en nuestra cercanía. Además, no era tan fuerte ni optimista como Freya; necesitaba más de mis cuidados.Cada vez que peleábamos, sentía culpa y quería disculparme, pero las palabras se me atoraban. En su lu
Punto de vista de JASPERLa puerta principal se cerró con un estruendo ensordecedor, como si me hubiera atravesado el pecho. Freya ni siquiera volteó a verme. Su forma de caminar cargaba con el peso de su decepción.Ni siquiera intentó dar una explicación. ¿Me había equivocado con ella?Halle seguía llorando a mi lado. Habíamos crecido juntos y, cada vez que lloraba, yo hacía todo lo posible por consolarla.Pero esta vez, por alguna razón, solo estaba enojado. Le pedí a una sirvienta que trajera un ungüento para los rasguños y se lo apliqué.—Quédate en casa y descansa. Iré a la oficina un rato.Halle me jaló del brazo, con los ojos todavía llenos de lágrimas.—¿No te vas a quedar conmigo? Me da mucho miedo que le pase algo al cachorro…Me solté de su agarre.—Si te sientes mal, llámale al mayordomo. Él te llevará al hospital. Vas a estar bien.Pero mi mente no estaba con ella. Solo podía ver los ojos de Freya, nublados por el dolor. Nuestro matrimonio pudo haber sido una alianza, pero
Durante dos mañanas seguidas, cuando serví el desayuno, Halle no complicó las cosas. Dejó el plato limpio. Luego, después de asegurarse de que nadie la escuchaba, se le escapó una risita de superioridad.—¿Te imaginas? Que me atienda la mismísima Freya, la luna de Brolin. Qué honor.Me encogí de hombros.—Pues gracias por la ayuda. De todos modos, pronto serás tú la luna de Brolin.Cuando lo dije, la pantalla de mi celular se iluminó con un mensaje:“Todo está listo”.Solo dos horas más y sería libre. El nudo que había sentido en el pecho durante tres días por fin comenzó a aflojarse.Halle se quedó paralizada, su sonrisa titubeó un instante antes de que recuperara su expresión burlona.—En serio que das lástima. Cinco años casada con un Alfa como él y ni siquiera pudiste darle un heredero. ¿Será que no puedes o que él no quiere tenerlo contigo?Se llevó una mano al vientre, con un gesto lento y deliberado, como para que no me pasara desapercibido.—Da igual. Ya te vas. Mi cachorro ser
Último capítulo