Punto de vista de JASPER
El eco de la alegre voz de Freya se había desvanecido, sumiendo la casa en un silencio que me carcomía por dentro.
Me quedé mirando el tocador, recordando cómo, apenas unos días atrás, ella estaba sentada ahí, poniéndose el collar nuevo que le había regalado.
Sus ojos, todavía húmedos por las lágrimas de nuestra discusión, me preguntaban en silencio si se veía hermosa.
Acabábamos de discutir por Halle otra vez, pero aun así aceptó el collar. Su preciosa sonrisa no tardó en volver, aunque se notaba un poco forzada.
La amaba profundamente y le había dado una vida de lujos sin fin. Nos llevábamos de maravilla en todo, excepto en un tema: Halle.
Freya siempre sintió que yo era demasiado cercano a Halle, pero ella era mi amiga de la infancia. No veía nada de malo en nuestra cercanía. Además, no era tan fuerte ni optimista como Freya; necesitaba más de mis cuidados.
Cada vez que peleábamos, sentía culpa y quería disculparme, pero las palabras se me atoraban. En su lu