—¿Qué noticias nos trae el médico? —preguntó una voz ansiosa.

—La estabilizaron, por suerte, pero el doctor insiste en mantenerla en observación. Creo que todo este lío con Marco nos está saliendo carísimo, Catalina. Mi familia nunca se había fracturado así, ni siquiera cuando Giovanni apareció de la nada y papá lo presentó como su hijo.

—Marco es una historia muy distinta a la de Giovanni. Aunque no lo conocía de antes, puedo asegurar que es diferente a Marco; sus verdaderas intenciones se vieron desde el primer momento que pisó esta casa. Se aprovechó de la fiesta de aniversario para irrumpir y así nadie dudaría de quién era. Tenía un plan perfectamente trazado, y mira que se metió hasta lo más hondo de nuestras vidas —espetó Cata con frustración.

—Ese hombre es un verdadero peligro y me aterra lo que pueda hacerle a papá. Necesito volver a Roma, pero me cuesta dejar a mamá sola aquí. Tengo que asegurar que papá esté a salvo —respondió.

Catalina sentía el mismo temor, una punzada fr