Capítulo 145. Nublados por la pasión.
Catalina abrió los ojos, ahora nublados por la pasión más intensa. Dejó escapar un suspiro profundo y tembloroso mientras Francesco la invadía con una lentitud exquisita, sin prisa, pero con una firmeza que la llenaba por completo.
Cada centímetro que él avanzaba era una ola de placer que la sumergía más y más en un abismo de sensaciones.
El gemido que abandonó sus labios fue abrumador, un sonido cargado de una emoción profunda que resonó en la habitación.
Era la expresión silenciosa, la confesión sin palabras, de todo lo que estaban sintiendo en ese momento: una mezcla arrolladora de placer, conexión y la culminación de un amor que había superado cada obstáculo.
Francesco se hundió, con un gemido de placer, en el cuerpo de Catalina, un movimiento que lo ancló profundamente a ella, sintiendo cada milímetro de unión.
En una respuesta instintiva, casi felina, ella lo atrapó por la cintura con sus largas y esbeltas piernas, envolviéndolo por completo y sellando la conexión entre ambos.
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