Mundo ficciónIniciar sesiónLo último que vio Valentina antes de morir fue el rostro de su jefe, la mirada de miedo de él cuando bajó del auto y entendió que había acabado de asesinarla. Valentina nunca creyó que a sus veintiocho años iba a morir, sin haber conocido lo que era el amor y mucho menos la satisfacción hacerle pagar a Merina por todo el daño que le hizo. Pero vengarse siempre fue imposible, pues Merina era la esposa del magnate Marko Rumanof, quien desgraciadamente terminó siendo jefe de Valentina. Y él acababa de asesinarla. Pero lo que Valentina creyó ser la muerte, realmente terminó siendo una oportunidad, pues al despertarse se vio a sus diecisiete años: justo el año en que toda su desgracia comenzó. Ahora tiene que impedir que Merina se case con Marko y la mejor forma es conquistándolo y destruirlo.
Leer másEl sol empezaba a ocultarse, llenando de arreboles el cielo.Marko dejó salir un largo suspiro y sus ojos azules brillaban intensamente, estaban colmados en lágrimas.—¿Crees que mi mamá… logre salvarse? —preguntó.—No lo sé —confesó la chica.Los labios de Marko comenzaron a temblar y después los apretó con fuerza.—Hay… algo más de lo que deba… enterarme? —indagó.A la mente de Valentina llegaron los recuerdos de la muerte de Lorenzo, las amenazas de Merina, los intentos de asesinato y aquella vez que forcejearon cerca del balcón.—Esta… es otra vida —dijo ella con tono tranquilo y compasivo—. Una versión de ti una vez me dijo que le habría encantado que nuestra historia fuera diferente —esbozó una sonrisa—, supongo que se refería
Actualidad:La noche cubría la ciudad con un manto oscuro salpicado de luces dispersas. Valentina caminaba lentamente hacia su casa, envuelta en el abrigo que apenas lograba protegerla del frío cortante. Había pasado las últimas horas conversando con Marko, y aunque sus palabras le habían brindado algo de consuelo, su mente seguía atrapada en los recuerdos de un pasado que se negaba a morir. Al doblar la esquina, su corazón se detuvo por un instante. Frente a su casa, un auto negro estaba aparcado bajo la tenue luz de un farol parpadeante. Valentina, un mes antes de morir: Estaba seguro de que pasaba algo, podía presentirlo. Valentina no era de las que nunca contestaban el celular, ella siempre le respondía.Se dirigió a la casa de la madre de Valentina y no esperó a que la mujer le abriera la puerta. Afortunadamente tenía una copia de las llaves que Rosa le había entregado en esos días para casos de emergencia y abrió, comenzando a llamar a Valentina, pero no le contestaba. Corrió escaleras arriba y empezó a buscar en los dormitorios.—¡Valentina, ¿dónde estás?! —gritaba con desesperación.Al ingresar al cuarto de invitados notó el piso lleno de agua.Su corazón empezó a palpitar con fuerza y su peor miedo comenzó a confirmarse. Caminó a grandes zancadas al baño. Y ahí estaba Valentina, con un rostro p&Capítulo 43: Si te quedas a mi lado
Valentina, un mes antes de morir: Rosa se paseaba en círculos por la habitación, sus manos se masajeaban entre sí, nerviosas y sudorosas.—¿Ayudaste a Marko a asesinar a Lorenzo? —preguntó Valentina con fuerza.Su hermana por fin pudo voltear a mirarla, sus ojos estaban llenos de lágrimas y por momentos se podía apreciar el temblor en sus hombros compungidos.—Debía escoger entre tu vida o la de ese criminal —espetó Rosa—, ¿y cuál crees que sería mi decisión? Obviamente serías tú: eres mi hermana, por el amor de Dios.—¡Pero fue un asesinato! —alegó Valentina.—¡No, fue en defensa propia! —protestó Rosa—. Él también iba a asesinar a Marko, tuvo que defenderse, eso fue lo que sucedió.—¿Te est&aac
Valentina, un mes antes de morir: Valentina comenzó a llorar y todo su cuerpo temblaba. En ese momento se dio cuenta que no era capaz de asesinar a una persona, al menos, no a Marko.Él también lo entendió, así que con paciencia le quitó el arma.—Ay, Val, tú eres demasiado buena persona como para mancharte las manos de sangre —soltó él con compasión. Esperó unos minutos antes de agregar—: ¿qué te ha sucedido? ¿Por qué estás tan alterada? —Le tocó la frente—. Dios… estás hirviendo en fiebre.—Yo… soy una idiota —dijo ella con voz quebrada—. Yo… ¿cómo pude vivir con alguien así? Esa noche quien iba a morir… era yo…Marko guardó la pistola dentro de la caja fuerte y también le quitó los
Valentina, un mes antes de morir: Lorenzo quería matarla.Lo que todo este tiempo Marko quiso decirle era que Lorenzo quería asesinarla. Le había enviado fotos a Marko de ella durmiendo y él apuntándola con una pistola.“Voy a matar a tu perra si no me pagas hoy mismo” fue lo último que escribió Lorenzo a Marko y le envió la foto de ella dormida apuntándole con la pistola. .A eso de las cinco de la mañana Valentina ya había salido del estupor y procesado que su novio había intentado asesinarla mientras ella dormía.Madre mía, una noche más al lado de él y quien estaría tres metros bajo tierra sería ella. Además, iba a robarle todo, había guardado las escrituras y su cuenta de banco…“¿Estás loca? ¿Có
Último capítulo