Luego de confirmar el encuentro con Mónica, me sentía un poco extraño, pero decidido a hacerlo. El Liam Parker de siempre no se había ido; y ahora más que nunca necesitaba escapar de mi realidad.
Había visto a Mónica algunos meses antes de comprometerme formalmente con Alicia; habíamos tenido una noche salvaje, única e inolvidable, tanto, que solo pensé en ella en este instante para alejarme de todo.
No quería darle vueltas a lo sucedido con Alicia y su posible embarazo, ni al rechazo de Samantha ni a lo que estaba sintiendo que no podía controlar de ninguna manera. Ahora mi única salida eran las mujeres: Nada me importaba.
Esperé unos minutos en mi despacho simplemente sentado intentando no pensar en Samantha junto a Alessandro, o simplemente en no tener ni su mínima atención. No entendía cómo podía sentir algo por ella tan pronto, pero dolía en el pecho con solo pensar su nombre.
Cerré mis ojos para apartar mis pensamientos, pero el sonido de la puerta al abrirse con brusquedad me a