Mundo ficciónIniciar sesiónHabían pasado unos días desde el ritual. Laurenth y nuestro cachorro estaba más fuerte; yo también, aunque todavía sentía el cuerpo pesado por la pérdida de energía. Pero eso no importaba. Lo único que importaba era que ellos estaban vivos.
Aun así, no podía quitarme de la cabeza la imagen de Lyra desplomándose, con espuma en los labios, ni la palidez mortal de Lau mientras trataba de curarla con sus propias manos. Esa visión me perseguía cada vez que cerraba los ojos.
Y había un nombre que alimentaba el fuego de mi rabia: Ámbar.
Los guardias la habían encontrado huyendo y la trajeron de regreso. Ahora estaba en los calabozos, encadenada con cadenas de p







