Mundo ficciónIniciar sesiónEl aire fresco llenaba mis pulmones mientras caminaba de la mano de Kael por el pueblo. La gente nos miraba, sonriendo y saludando con respeto. Todos parecían felices de verme recuperada, de que la diosa me hubiera permitido seguir aquí. Niños corrían a mi alrededor, mujeres me tocaban el brazo con bendiciones, y yo solo podía sonreír, agradecida.
Pero había algo distinto. Lo sentía dentro de mí. Cada paso, cada respiración, cada latido… era como si mi cuerpo vibrara con una energía desconocida.
—Amor… —dije, mirándolo con una sonrisa temblorosa—. Me siento diferente… me siento más fuerte.
Kael frunció el ceño de inmediato.
Sacudí la cabeza.







