El tiempo pareció detenerse y reducirse a ese instante donde Chloe vió todo su plan de venganza al borde de desmoronarse. El instante de silencio se sintió eterno, denso. Su pulso se disparó y por un instante pensó que sus secretos podrían quedar expuestos en cualquier segundo.
Se liberó del brazo de Brendan rodeando su cintura y salió de la cama buscando su bata para cubrirse el cuerpo. El corazón latía con violencia, resonando en sus oídos, cada golpe parecía un tambor anunciando una catástrofe. Se acercó a la puerta pensando qué decir pero por un momento, su mente se quedó en blanco.
—¿Chloe?
Aclaró su garganta.
—Si… —apenas encontró su voz pero sus palabras se desvanecieron en el aire cuando sintió una presencia a sus espaldas.
Se volvió hacia Brendan y él la empujó con suavidad contra la puerta. Los ojos de Chloe se abrieron de más al sentir su cuerpo desnudo acorralarla contra el delgado trozo de madera que los separaba de Thomas.
—¿Chloe? —volvió a llamar—. ¿Está todo en órden?