Capítulo: Las verdades reveladas.
Una semana después, Paula cuidaba de Javier en casa, su presencia era un bálsamo para él.
Javier sabía qué había mucho más en juego de lo que parecía, y aunque el ambiente era tenso, había un hilo de conexión entre ellos que no podía ignorarse.
Mientras ella le preparaba la comida, él la observaba con atención, buscando en su rostro alguna señal de lo que realmente pensaba.
—¿Crees que soy un monstruo? —preguntó ella, su voz temblando levemente mientras miraba a Javier a los ojos. La pregunta lo había estado atormentando desde que habían sucedido los eventos recientes.
Javier, sorprendido por la pregunta, la miró fijamente. Javier negó con la cabeza, tomó su mano y la acercó a él, como si su toque pudiera deshacer las sombras que lo rodeaban.
—No eres un monstruo —respondió con firmeza—. Nadie sabía que Alicia tomaría esa mala decisión. Eso fue su culpa. Al menos, hizo lo correcto. No puedo creer cómo pueden ser tan crueles. Lo que te hicieron… no tiene nombre.
Paula no dijo nada más.