Protegeré a Kate cueste lo que cueste.
Horas más tarde, la mansión estaba en silencio.
Kate dormía en su habitación, Bastien estaba acostado a su lado, acariciando su cabello mientras la miraba dulcemente, su corazón estaba en un caos constante, se la habían arrebatado al ir a una fiesta y la perdió 6 meses que fueron un infierno para él, se la habían arrebatado solo por ir a un hotel juntos, la habían puesto en peligro, le sacaron tanta sangre que si no hubiera llegado a tiempo la hubiera perdido, no podía confiarse, debía protegerla, aun a costa suya, besó su frente.
— Perdón Kitty — Se levantó y fue a su despacho.
Bastien no podía, ni quería, dormir en su despacho, solo, la chaqueta del traje colgada en una silla, las mangas de su camisa remangadas, su reloj sobre el escritorio.
Frente a él, su laptop llena de pantallas de seguridad mostraba las imágenes del perímetro: cámaras, accesos, zonas ciegas, todo controlado al milímetro.
La puerta se abrió suavemente.
Lucca entró, seguido de Joel.
—¿Todo tranquilo? —preguntó B