NOAH ALBERTI
Estaba en el despacho del departamento de Silvano.
Era el único lugar en la casa donde podía concentrarme sin que nada me distrajera… o al menos eso creía. Había estado en la habitación de Kiara, se había quedado dormida, así como se tiró a la cama.
Saque sus tacones y la cubrí con una manta, le saqué los lentes que llevaba puesto en su cabeza y la observé más tiempo del necesario mientras sacaba mechones de pelo de su rostro. Se venía tan pacífica durmiendo. Una vez que la dejé lista volví a mis despacho.
Frente a mí, informes sobre las últimas incursiones fallidas de Seraphim, datos de seguridad, anomalías en los sistemas.
Tenía que centrarme.
Tenía que volver a ser yo.
Pero el sonido de unos pasos suaves interrumpió mis pensamientos.
No levanté la vista.
No era necesario.
Ya sabía quién era.
Ella.
Siempre ella.
Kiara entró sin decir nada.
Llevaba un vestido color crema y su cabello recogido en una coleta improvisada. En las manos, una bolsa blanca con letras negras y p