Dímelo Noah.
KIARA
Vi su mandíbula tensarse. Su ceño fruncido. Esa forma en que evitaba mirarme mientras fingía que trabajaba.
Noah estaba enojado.
Pero no con el mundo.
Conmigo. o… ¿con Damián? ¿Pero por qué?
Sentí mi corazón golpear fuerte dentro del pecho, como si quisiera salirse, como si acabara de entender que había conseguido algo que por mucho tiempo deseé lograr.
No era la primera vez que lo provocaba.
No era la primera vez que salía con alguien, que aceptaba una cita, que me reía más de la cuenta con algún tipo frente a él. Lo había hecho con una estúpida esperanza. Como una adolescente buscando una reacción. Buscando... algo.
Y nunca funcionaba. Hasta hoy. Hoy, Noah estaba celoso, trató de disimularlo. Pero lo conozco. Conozco cada tono en su voz, cada silencio, cada mirada asesina que intenta disfrazar de indiferencia. Y esta vez... no fue indiferente.
Damián, con esa sonrisa de idiota ilusionado, se marchó, después de mirarme por última vez como si yo le perteneciera.
Noah lo miró,