MARIE MORETTI
No fue a propósito. Lo juro.
Simplemente estaba en el pasillo, pasando hacia el estudio, cuando escuché voces en el jardín. No gritos. Conversación. Esa conversación. Michelle y Josh. Dos fuerzas opuestas. Dos mundos que no se cruzaban… y aún así, lo hacían.
Me detuve. Algo en el tono de Michelle me llamó la atención. No era el dulce jardinero que me traía flores cada mañana. Era más… agudo. Frío. Como si escondiera algo debajo de esa sonrisa blanca. Dijo cosas que no alcancé a entender por completo, pero bastó una frase mal dicha, un matiz arrogante, una intención torcida.
Algo encendió mis alarmas.
Durante el resto del día, trabajé como si nada. Añadí flores a los bocetos del ramo. Terminé de pulir el velo. Incluso me reí con Anny por un comentario ridículo de Kiara sobre usar zapatillas de deporte bajo el vestido.
Mi mente volvió al jardín esta mañana, el lenguaje corporal de Josh y Michelle me dejó con una inquietud, mi sexto sentido me decía que algo no encajaba. Pe