Bastien se quedó en el despacho mientras sacaban el cuerpo de Elizabeth para colgarla en la sala, miró las fotos y cosas personales, en los cajones había fotos y recuerdos de ellos dos juntos, nada que pudiera usar. Lucca se paró en la puerta con un bebé en sus brazos, tenía cerca de 4 meses, lo tomó en sus brazos y vio que tenía los ojos color ámbar.
Hola tú, soy tu tío Bastien, esta será la única vez en tu vida que me verás y espero que se quede así. – lo cubrió y salió con Lucca a su auto, mientras se subía una gran explosión se vio en la mansión ardiendo en segundos, las llamas consumían todo mientras se reflejaban en los ojos de Bastien.
Tú conduces.
¿Dónde vamos?
Te diré en el camino – Lucca echó a andar el auto y manejó por horas hasta el otro lado de la ciudad, en un pueblito rural y pequeño –
¿Tomaste la ropa de Elizabeth que te dije?
Sí, está en el bolso, la saqué de la ropa sucia como pediste.
Dobla aquí – Lucca dobló y llegó a una casa, no era pequeña pero tampoco grande.