7. Cómo amigos
XIMENA
Bajo del ascensor con aparente calma, aunque por dentro tengo un nudo en el estómago.
Me repito que es solo una llegada pero que no se a que vino pero que no pasa nada, que no debería importarme tanto... pero sí me importa porque me doy cuenta que me arreglé más de lo normal: el enterizo de mezclilla que siempre me salva, maquillaje leve, el cabello suelto y unos tacones nude que no son tan altos, pero sí lo suficiente como para darme la seguridad que ahorita me falta.
No me perfumé mucho, pero sí lo justo, y sí, di varias vueltas frente al espejo antes de salir.
—Solo me debo calmar— lo veo apenas salgo al lobby y se me olvida hasta caminar— todo está bien.
Está apoyado en una columna, camisa blanca remangada, pantalones oscuros y esa cara de tipo serio que no se esfuerza en parecer perfecto.
Cuando me ve, su expresión cambia un poco, creo que sonríe o eso quiero creer.
—Hola —saludo, tratando de sonar casual.
—Hola —responde y me mira de arriba a abajo—Te ves bien.
—Gr