Capítulo 9. El hueco que dejó
LYCAN
En el aire flotaba ese olor… Dioses, qué bien olía. Era tan delicioso, olía a fresas. Se había quedado impregnada en las sábanas. Mi corazón empezó a latir más rápido cuando desperté, sin que yo hiciera nada, solo por el aroma.
Fue la mejor noche de mi vida. Sin exagerar.
No por lo que pasó entre nosotros, aunque eso también… Sino por cómo me miró.
Por cómo me habló. Por cómo me hizo sentir que no era solo el Rey Alfa, el tipo que todos temen. Me sentí humano, real, vivo.
Abrí los ojos, aún con esa sensación en el pecho.
Y entonces la vi, o mejor dicho… no la vi.
Elena no estaba. Me incorporé de golpe, como si alguien me hubiera tirado un cubo de agua fría.
La habitación estaba en silencio. Las sábanas revueltas, su ropa ya no estaba. Ni rastro de ella.
Me levanté, descalzo, con el cuerpo aún ardiendo por su recuerdo. La busqué por toda la casa.
Nada.
—¿Dónde estás, pequeña? —murmuré.
No había nota, no había despedida. Y el hueco que me dejó…
Me pasé las manos por l