Mundo ficciónIniciar sesiónLorenzo Vellardi
El sonido de la UCI tiene una característica propia. Los silbidos del monitor, el susurro rítmico del respirador, el susurro de las ruedas de las camillas, voces bajas que entran y salen como marea.
Estoy sentado al lado de la cama, sin reloj, sin noción del tiempo. Sólo sé medir el tiempo por el pulso en el cuello de Isabella, por la luz que cambia detrás de la persiana y por el intervalo entre una oración y otra que le susurro solo a ella. Isabella parece pequeña en esta cama grande. La piel está pálida, casi translúcida bajo la luz blanca. Un claro vendaje en la sien, otro protegiendo el brazo, el suero goteando a un ritmo que se convirtió en el cronómetro de mis esperanzas. El tubo que atraviesa su boca me hiere como si atravesara la m&iacut







