Mundo ficciónIniciar sesiónAurora ya dormía en la habitación de al lado, con los cabellos esparcidos sobre la almohada floreada y las manos abrazadas a las inseparables muñecas Cacau y Lila. Isabella acababa de poner la cubierta sobre el cálido cuerpo de la niña y ya sentía su corazón latir. Ella sabía que él la esperaba. Y esta vez, no había excusas, ni barreras, ni miedos. Solo el deseo, tan antiguo como el amor, de ser suya, entera.
Dejó la habitación y caminó con pasos ligeros hasta la habitación donde estaba. Abrió la puerta sin dudar y buscó por él en el cuarto, sonrió al ver la puerta del baño entreabierta. Sin demora, caminó hasta el lugar entrando en silencio, como si el momento exigiera reverencia. El sonido de la ducha ya llenaba el ambiente con su ritmo constante, casi hipnóti







