Mundo ficciónIniciar sesiónEl cielo de la hacienda amaneció pintado con tonos delicados de azul claro y pinceladas de nubes deshilachadas que parecían hechas de algodón. El canto de los pájaros resonaba entre las ramas altas, y el aroma del pan recién horneado que venía de la cocina se mezclaba con el olor fresco del rocío que todavía cubría las hojas del naranjal. Era uno de esos días en que el mundo parecía suspendido entre la tranquilidad y la alegría.
Después de la sorpresa al descubrir que su tía Isa y su padre estaban saliendo juntos, Aurora salió corriendo del cuarto para contarle la novedad a su abuela Flor. Isabella se levantó envuelta en la sábana, aún desnuda y avergonzada, y Lorenzo la besó susurrando que ya la extrañaba.
Is







