La noche estaba silenciosa en la mansión Winchester, pero Noah no encontraba paz. Se mantenía sentado en su estudio, con la luz cálida de la lámpara reflejándose en los documentos que simulaba leer. No podía concentrarse. No desde que los rumores habían estallado y desde que Denisse había comenzado a comportarse con cierta inquietud. A pesar de lo que había confesado y con la promesa que él hizo, ella no parecía tranquila. Había algo en su mirada, en la forma en que respiraba profundo antes de contestar una simple pregunta. Algo que él no dejaba de sentir. Algo más que ella estaba ocultando.
Y aunque se negaba a aceptarlo, la idea lo consumía. Porque si bien su compromiso era una mentira, su instinto hacia ella se volvía cada vez más real.
Afuera, la lluvia comenzaba a golpear las ventanas con fuerza, como si el cielo insistiera en revivir un recuerdo que Noah llevaba años intentando enterrar. Cerró los ojos y dejó que la memoria lo arrastrara hacia aquella noche.
El sonido de un true