Mundo ficciónIniciar sesiónMarcus salió a dejar la basura mientras Laila terminaba de acomodar a Melissa en el sillón para ver caricaturas. Era uno de esos días tranquilos, donde el penthouse se sentía lleno, cálido, casi como un hogar que llevaba años construido y no apenas unas semanas. Se detuvo frente a la puerta para recoger un par de juguetes que Melissa había dejado tirados cuando algo llamó su atención en el piso.
Un sobre blanco. Sin remitente.
Marcus frunció el ceño.
Lo levantó, esperando que fuera alguna carta de administración, algún aviso, algo rutinario. Pero era demasiado ligero. Demasiado vacío. Demasiado… puesto. Como si hubiese sido entregado a propósito, a mano, sin pasar por ningún buzón.
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